La "hucha rota" de Petrer

La rambla de Puça o dels Molins se ha convertido en la “hucha rota del pueblo”. Desde que hace dos años la Confederación Hidrográfica del Xúquer decidiera acometer una actuación que debía encaminarse a la adecuación del principal cauce petrerí, en los últimos tiempos es evidente que dicha actuación no dio los resultados previstos. Sin entrar a debate sobre si la gestión de la rambla es o no la adecuada por parte del consistorio municipal, lo que debiera quedar en evidencia es lo absurdo que significa intervenir en los cursos fluviales, sea cual sea su naturaleza; de aguas permanentes o esporádicas. Realizar actuaciones de adecuación sobre la red hidrográfica no tiene ningún sentido, y las razones son varias y de gran fuerza.

Concretamente, podríamos establecer un símil entre una rambla como la de Puça y una carretera. Manifiestamente, ninguna persona en sus cabales instalaría, por ejemplo, un paseo, bancos, plantas ornamentales o zonas de recreo sobre una carretera, por el hecho de que por la carretera pasan coches y terminarían accidentándose contra los nuevos obstáculos, generando auténticas catástrofes. Pues por ese mismo motivo, tampoco deberían ubicarse paseos, áreas de esparcimiento, plataformas o barandillas en una rambla, por donde no pasan coches, pero sí pasa agua, y en ocasiones de manera violenta. La crecida repentina de aguas arrasa con todo cuanto haya en su paso, o trata de evitar los obstáculos, pudiendo desbordarse de su cauce habitual y generar daños aún mayores. Por tanto, si no ponemos zonas de esparcimiento sobre una carretera ¿por qué se empeñan en hacer de la rambla de Puça una zona de esparcimiento?

La rambla de Puça tiene un objetivo que no es otro que el de desaguar la escorrentía procedente de las lluvias que se recogen en una cuenca vertiente que engloba desde el núcleo urbano de Petrer hasta el Coto de la Casa Castalla y Catí. Los gestores ambientales y del territorio deberían tratar de favorecer dicha labor de desagüe, manteniendo la rambla en el estado lo más natural posible; evitando la presencia de basuras, vías de comunicación, edificaciones y, por supuesto, áreas de recreo y zonas verdes artificiales en toda la cuenca vertiente.

Desgraciadamente, no somos conscientes de que la rambla es un hecho físico natural que puede no ser estético, que aunque aparentemente esté seca, puede llegar a generar enormes riesgos en épocas de crecidas, como por ejemplo sucedió en Petrer en los años 80.

POR TODO ELLO, PEDIMOS QUE FINALICE EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA RAMBLA DE PUÇA, QUE SE CAMBIE LA MENTALIDAD Y QUE SE TRABAJE POR TRATAR DE RECUPERAR EL ESTADO NATURAL DE LA RAMBLA, ELIMINANDO TODA INFRAESTRUCTURA O EDIFICACIÓN QUE PUEDA OBSTACULIZAR EL CURSO NORMAL DE LAS AGUAS DE CRECIDAS Y, POR EXTENSIÓN, CUMPLIENDO LO ESTABLECIDO POR LA LEY DE AGUAS… QUE DEJE DE INVERTIRSE EN SU “ADECUACIÓN” Y QUE, DE UNA VEZ POR TODAS, COMPRENDAMOS QUE LA RAMBLA ES SIMPLEMENTE ASÍ, NATURAL, Y NUNCA PODRÁ SER UNA ZONA VERDE MANTENIDA A BASE DE OBRAS PUNTUALES QUE SÓLO SIRVEN PARA NADA.