La crónica de una noche sin dormir
Cual aprendiz de maestro en su primer día de oficio, la noche del 20 de septiembre de 2008
Pero
Con los debidos retrasos, la primera cita se produjo en los jardines de
Se hacía de noche y, como decimos en Petré, tocaba pegà un moset. Los bocatas preparados con amor por nuestra “teta” Angelita hicieron las delicias de los allí congregados. A pesar de algunos asistentes y muy a pesar nuestro nos era imposible dispensar cerveza en horario infantil (burocracia), así que había que dejar el hábito para otra ocasión.
Con el estómago lleno llegaba el momento cumbre de la noche y, tal y como
A eso de las 00:30 nos despedimos del 80% de los asistentes y una minoría dispuesta decidimos alargar la noche hasta altas horas de la madrugada. De vuelta a Ferrusa, los astrónomos en íntima colaboración con Mas, el observador de astros por antonomasia de Petrer, nos adiestraron un poco más en lo que a estrellas y constelaciones se refiere. Las nuevas tecnologías (bueno, ya no tanto) nos reprodujeron en el interior del albergue el universo y, para mal o para bien, más de uno tuvo alguna revelación.
Como si compadeciéndose de nosotros el cielo poco a poco fue abriendo y hasta una luna menguante se animó a salir. No podíamos desperdiciar la oportunidad y los telescopios entraban otra vez en acción. Ahora sí, las Pléyades, Orión y los cráteres de la luna no se nos iban a escapar, sino que se lo digan a Juliol, fotógrafo oficial de la asociación, que poco más y desgasta la luna a base de instantáneas desenfocadas.
El apogeo se estaba produciendo a altas horas de la madrugada y lamentamos que la gente de bien nos hubiese abandonado tan pronto. La luna nos alumbró hasta eso de las 4 de la mañana cuando ya no quedaba más remedio que irse a la cama.
La noche fue corta pero musicada, ya que los astrónomos y físicos, además de eso, son excelentes solistas del difícil arte del ronquido. No se sabe como, pero igual que el dream team en sus mejores tiempos, esa congregación de especialistas en serrar troncos y contar zetas se pusieron de acuerdo y compusieron la banda sonora de una noche inolvidable.
A las 9 todo el mundo en pie ya que Juanqui, posiblemente el mejor anfitrión de Petrer, nos había de agasajar con tortas de Agost, esas que llevan una sardina o una butifarra en medio, y que con un buen vino se convierte en un almuerzo casi patrimonio de
Pues allí, a mediodía en el Ginebre, la noche del 20 de septiembre llegaba a su fin y cada uno a su casa. Y pese a todo, siempre nos quedará Joselito…
2 comentaris:
Genial relato del trascurso de esta genial sesión de astronomía en inmejorable compañía. Y sí, lo reconozco: llegué a sudar hasta conseguir una sesión de fotos aceptable. Por cierto chicos de la eco-cultural pasaros por http://unblogparajosema.blogspot.com/2008/10/meme-post.html que tengo un "encargo para vosotros".
a ti lo que te faltó fue la sesión de ronquidos y otros menesteres de madrugada...y ya sabes que para el tema de encargos estamos abiertos a sugerencias, pero al tiempo.
Por lo pronto se prepara un socarrat con las fantas de limón y cocacolas que sobreron, el acompañamiento va de parte de la associacio...y, por supuesto, habra gatxamiga y fasegures
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